domingo, 16 de noviembre de 2014

DOMINGO, 12 DE ENERO DE 2003

Recuerda, hace muy poco tiempo,
tal vez días, quizá sólo unos meses.
Recuerda el paseo, los ficus,
el temblor del mar, las palmeras
antes del primer baño.

La desnudez, las llaves de una casa
prestada;
recuerda
la música de otro verano
perdido y encontrado,
encontrado, perdido
en una adolescencia rubia
quemada en su delirio o en su fiesta.

Comunes infidelidades,
¿qué voy a contarte que no sepas?
Lo que más nos gustaba era el verano.

Codicia de los cuerpos nuevos,
ondulaciones, adictivos
animales, poder de un digno
veneno lleno
de grandes cualidades.

Siempre se aman
las ciudades lascivas,
los falsos límites,
imperdonables sentimientos.

Cada jardín acaba por perderse
mientras se cruza bajo nubes,
bajo cielos sin sol,
entre pétalos y canciones,
cuando no queda luz
para vernos la cara 
y saber quiénes éramos.


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