VARIACIÓN SOBRE LA LEY DE GRAVEDAD
Cuando
aquel día el hombre viejo abrió la ventana y vio, con asombro no
exento de perplejidad, que el cielo y la tierra habían cambiado sus
lugares y lo que antes estaba arriba ahora estaba abajo, y viceversa,
cerró con terror la persiana y las cortinas y rezó con fuerza y
obstinación haber quedado libre de la ley de gravedad que hiciera
que su casa, con él dentro, se estrellara en algún sitio desértico,
sin una gasolinera cercana, unos grandes almacenes, un bar, y sin
agua potable. Estar flotando en el vacío, sin atmósfera, como un
astronauta en su estación espacial tampoco le pareció muy seguro.
Se sintió como una manzana suspendida en su rama, y dirigió sus
oraciones a un solo deseo: que una mano divina lo recogiera, con
todas sus pertenencias, y lo depositara en alguna cesta o frutero
seguros, y no ser aquella que, por efecto de un viaje no previsto en
el tiempo, cayó por sazón excesiva y ley de gravedad sobre la cabeza dura y
enorme de Isaac Newton.
No hay comentarios:
Publicar un comentario