ALAS
PARA EL CAMALEÓN MELANCÓLICO
Decido
devorar el aire
ya
que no existe luz que no engendre
su
semilla en el interior de un muro
bello
como un montón
de
música en los árboles más dulces.
Quiero
aprender y no domesticarme.
Siempre
he querido precisar la espuma,
decidirme
por desarrollar alas,
me
digo, me desdigo, desde mí,
para
mí, para quien quisiera oírme
si
pudiese escuchar lo que me callo.
Sé
que en mis sueños beben
los
animales más hermosos:
el
peztigre, el leónpantera,
el
gatoperro, el pájarohipopótamo,
el
camaleón melancólico,
la
hiena alada.
Se
mastica también lo que es oxígeno,
esa
nutricia química intangible
que
en cada quien y en cada alguno
—unos
tales por cuales—
fabrica
en carne humana un bosque,
una
selva, un jardín concreto,
en
que vivan y pequen los seres rechazados
que
yo conozco y amo en clandestino,
en
el secreto.
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